DANAUS

En la actualidad estamos viviendo un cambio en las consideraciones éticas y morales que tenemos hacia los animales. Nuestra sociedad ha ido modificando poco a poco su perspectiva respecto a la vida animal y su relación con el resto de seres vivos. Actualmente, es una realidad que los centros zoológicos existen, pero estos deben adaptarse a las nuevas necesidades sociales y obligaciones legales o estarán abocados a desaparecer.

Nuestro principal objetivo es fomentar las funciones que debe desempeñar un zoológico en nuestra sociedad:  fomentar la conservación de la fauna y la concienciación de la población. Por lo tanto, el estudio de los animales, la adaptación del diseño de las instalaciones a los animales que habitan en ellas y la formación del personal del zoológico son necesarios para poder conseguir estos objetivos. 

Las instalaciones son los espacios que albergan a los animales y, por lo tanto, son una de las piezas fundamentales del bienestar animal. Por este motivo, su diseño debería ser clave en un centro zoológico, ya que cumple dos funciones indispensables e íntimamente ligadas. En primer lugar, se pretende conseguir el empoderamiento del animal sobre su entorno, adaptado el entorno a las necesidades conductuales de cada animal. Esto se consigue mediante un análisis etológico y de “uso del espacio”; es decir, optimizamos el diseño para los animales que le darán uso. De esta manera, favorecemos sus comportamientos naturales o innatos, asegurando su bienestar.

La segunda función que queremos conseguir con nuestro diseño de las instalaciones es cambiar la percepción que el visitante tiene de ese animal. Tratamos de conseguir que el visitante no solo vea al animal, si no que entienda al animal en un contexto complejo, en su hábitat, alejándonos del concepto actual de “jaula-cárcel “que tienen los recintos. Todo está diseñado con el objetivo de favorecer la trasmisión al visitante de un mensaje de conservación ex situ y que se basa en el respeto a los animales y en la admiración de la complejidad de los ecosistemas en peligro.

La emoción es clave en nuestros diseños, pues solo de ella nace la experiencia y el posterior aprendizaje. Es así como se consigue que el visitante salga de las instalaciones con una sensación distinta a como entró, ; más consciente de la complejidad y fragilidad de los ecosistemas, más concienciado sobre su responsabilidad en la conservación del medio ambiente. 

La fidelización del visitante no es por tanto el objetivo principal de nuestro servicio, sino el resultado lógico que se obtiene al hacerle sentir parte de un proyecto de conservación basado en las maravillas de los ecosistemas naturales.

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