INVERTIR EN EL FUTURO

Los núcleos zoológicos anualmente tienen una gran afluencia de público, pero existe una tendencia negativa que tiene como resultado una disminución de estas cifras. Esto está íntimamente relacionado con el hecho de que lo que el zoo ofrece ya no es lo que el público demanda. Los visitantes ya no buscan el escaparatismo de grandes colecciones de animales, si no la emoción de descubrir las maravillas que comprenden los ecosistemas, prestando especial detalle a la fauna y flora que los caracterizan. Es por ello, que invertir en un cambio de instalaciones es invertir en tu futuro y en el de los animales a tu cargo.

Las instalaciones que se adecuen perfectamente a las necesidades de los animales, favorecen no solo que los animales estén sanos a nivel físico y mental, sino que permiten una mayor sensibilización y compresión de los ecosistemas por parte de los visitantes. Un visitante impactado y sorprendido por las labores e instalaciones del zoo y que ha podido disfrutar de esta experiencia única, es un visitante que vuelve y que lo recomienda.  Y lo que es más importante, es una persona que comprende la necesidad de las labores de conservación y que va a trabajar individualmente para cambiar las realidades que las dificultan.